El desarrollo de funciones ejecutivas en niños y niñas: Construyendo habilidades para el éxito
Las funciones ejecutivas son habilidades cognitivas y mentales de alto nivel que nos permiten planificar, organizar, regular nuestras emociones y conductas, y mantener el enfoque en tareas específicas. Estas habilidades son fundamentales para el éxito académico, social y emocional de los niños y niñas.
María Jesus Lavín, Profesora de Lenguaje y Máster en Psicopedagogía, nos cuenta la importancia del desarrollo de funciones ejecutivas y cómo podemos promoverlo en casa y espacios educativos:
Las funciones ejecutivas y su desarrollo tienen un papel muy importante en la vida de cada individuo e incidirán en cada paso que demos. Están estrechamente relacionadas con el ámbito social, emocional, intelectual y espiritual. Cualquier tarea (u acción) a realizar es traducida en la mente como un objetivo que lograr y depende del desarrollo de las funciones ejecutivas de cada uno, cómo se organizarán las habilidades y como se gestionará la llegada a este último.
Las FE no están incluidas en el curriculum y por muchos años se han dejado “fuera” de la educación escolar, suponiendo quizás que se desarrollará en el hogar, en la vida diaria, o que no es relevante como otros aprendizajes. Pero esto es un grave error ya que son la base necesaria para aprender. ¿De qué sirve conocer el alfabeto si no puedo usarlo?, ¿De qué sirve leer si no logro comprender?, ¿Para qué conocer las operaciones matemáticas si no puedo resolver problemas con estas? Las FE dirigen la orquesta, gestionan las habilidades, las usan con un propósito, ponen orden a nuestra mente y nos permiten lograr cada objetivo que nos proponemos.
Ahora, ¿cómo trabajarlas en el hogar o en espacios educativos? No se requiere de grandes cambios, si no de ser conscientes de las FE e integrarlas en actividades diarias. Por ejemplo, con la simple actividad de cocinar, hacer una receta, estamos desarrollando: memoria, atención, control inhibitorio (o de impulsos), gestión del tiempo, planificación, autorregulación, flexibilidad cognitiva.
Lo importante es proponer un objetivo: Cocinar arepas. Y luego dirigir a través de preguntas para que cada niño/a vaya ordenando los pasos a seguir en su mente y pueda hacer su receta correctamente: ¿Qué necesitas?, ¿Qué vas a hacer primero?, ¿Qué viene después?, ¿Cuánto hay que echar de cada ingrediente?, ¿Cuánto tiempo tiene que estar en el horno?, ¿El horno se prende antes o después?, ¿Qué pasa si no tengo tal ingrediente?, etc.
Existen muchísimas actividades menos elaboradas, pero igualmente importantes para trabajar FE en la sala de clases: laberintos, memorice, encontrar las diferencias, buscar diversas soluciones a un mismo problema, “simón dice”, etc. Pequeñas actividades que pueden tener una repercusión muy importante en la vida de cada estudiante.
“Desarrollar de manera adecuada la función ejecutiva permite que el niño gradualmente aprenda a fijarse objetivos, planear cómo alcanzarlos elaborando estrategias de acción y autodirigirse a través de su lenguaje interior, de modo independiente” (Céspedes, A. La rebelión de la mente).
Promover el desarrollo de funciones ejecutivas en niños y niñas es una inversión a largo plazo en su éxito y bienestar. Al proporcionarles oportunidades para practicar y fortalecer estas habilidades, les estamos proporcionando las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos de la vida y alcanzar su máximo potencial.
Cuando los niños no desarrollan adecuadamente las funciones ejecutivas, pueden experimentar dificultades en varios aspectos de su vida. Estas dificultades pueden manifestarse de diferentes formas y afectar su rendimiento académico, habilidades sociales, regulación emocional y capacidad para enfrentar desafíos.
Para María Jesús Lavín, quien ha sido parte del desarrollo de contenidos de Akademiapp, la importancia de que una aplicación educativa cuente con esta oportunidad de herramientas a adquirir, significa que se considera una educación integral más allá del curriculum y la academia, se entiende que educar es crear experiencias desafiantes, contextualizadas y entregar herramientas para que niños y niñas puedan enfrentarse a estas y al mundo actual, conociéndose, desarrollándose y potenciando sus habilidades al máximo.
Es importante tener en cuenta que el desarrollo de las funciones ejecutivas puede variar en cada niño y que existen estrategias y enfoques para apoyar su desarrollo. Madres, padres, educadores/es, cuidadores/as y profesionales de la salud pueden colaborar en la implementación de intervenciones que promuevan y fortalezcan estas habilidades en niños y niñas. El apoyo temprano y adecuado puede marcar una diferencia significativa en su capacidad para enfrentar desafíos y alcanzar un desarrollo saludable en todas las áreas de su vida.